Título: El lobo de Wall Street, The wolf of Wall Street
Director: Martin Scorsese
Guión: Terence Winter, Jordan Belfort
Año: 2013
Género: Biopic, comedia, drama
Actores:
- Leonardo DiCaprio como Jordan Belfort
- Jonah Hill como Donnie Azoff
- Margot Robbie como Naomi Lapaglia
- Matthew McConaughey como Mark Hanna
- Kyle Chandler como el agente Patrick Denham
- Rob Reiner como Max Belfort
- Jon Bernthal como Brad
- Jon Favreau como Manny Riskin
- Jean Dujardin como Jean Jacques Saurel
- Joanna Lumley como la tia Emma
- Cristin Milioti como Teresa Petrillo
- Christine Ebersole como Leah Belfort
- P.J. Byrne como Nicky Koskoff
- Kenneth Choi como Chester Ming
- Brian Sacca como Robbie Feinberg
- Henry Zebrowski como Alden Kupferberg
Argumento: Película basada en hechos reales del corredor de bolsa neoyorquino Jordan Belfort. A mediados de los años ochenta, Belfort era un joven honrado que perseguía el sueño americano, pero pronto en la agencia de valores aprendió que lo más importante no era hacer ganar a sus clientes, sino ser ambicioso y ganar una buena comisión. Su enorme éxito y fortuna cuando tenía poco más de veinte años como fundador de una agencia bursátil le valió el mote de “El lobo de Wall Street”. Dinero. Poder. Mujeres. Drogas. Las tentaciones abundaban y el temor a la ley era irrelevante. Jordan y su manada de lobos consideraban que la discreción era una cualidad anticuada; nunca se conformaban con lo que tenían. (Filmaffinity)
La última pieza de la colección Scorsese/Dicaprio ha llegado a los cines y nos ha dejado a algunos con el culo ligeramente torcido. Aunque si tengo que ser sincera lo que más me ha “torcido” es la maravilla de calidad con la que puedes ver una película en los cines de mi ciudad (léase con sarcasmo) y lo fantástico que es escuchar la música del pub de al lado mientras estás viendo una película. Críticas a instalaciones a parte, el tráiler de esta película me prometía una cosa que me gustaba, me dio exactamente eso y…curiosamente me decepcionó.
La película narra la historia de Jordan Belford, un chavalín con grandes ambiciones que aprendió de los mejores y se le acabó yendo la pinza de una manera terrible, porque, al parecer, ese es el precio psicológico del poder, sobre todo si lo tienes en la década de los 80. Es una historia de literal sexo, drogas y rock and roll, pero, como en casi todas las historias, la escasez de rock and roll se hace notar. Según transcurre el metraje, se puede ver como el protagonista necesita superarse una y otra vez porque sino no está satisfecho nunca. Su vida pasa de fiesta en fiesta, de prostituta en prostituta y de estafa en estafa, y mientras la ves…no te imaginas como terminará porque puede ser de cualquier manera, y cuando al fin lo hace, tras 3 horas, la sensación que te queda es que el final es una carcajada en la cara de algunos. Lo cual no está nada mal para una película basada en los excesos de una persona. He de reconocer que en algunos momentos me reí hasta llorar, pensando que no debería reírme de los efectos de las drogas pero…en serio, tiene partes descojonantes.
Los personajes de esta película giran todos alrededor de la figura de Jordan (DiCaprio) y muchas personalidades cambian por sus acciones. No hay santos en esta película, ni uno se libra porque, aunque haya personajes que se plantean como eminentemente buenos…acaban sucumbiendo, aunque sólo sea un poquito, al carácter codicioso y atrayente de Jordan, sobre todo si intenta venderles algo. Jordan sufre una transformación al principio de la película, que pasa de ser un chaval honrado a un canalla en unas…3 secuencias y a partir de ahí todo decae. El resto de personajes siguen más o menos el mismo camino, salvo algunos como Brad, que aunque no son malos, desde que te los presentan sabes que legales legales no son, aunque acaben teniendo más moralidad que los que empezaron bien. Me llaman la atención las mujeres de esta película, porque aunque algunas son objetos (prostitutas generalmente) otras, las más protagonistas, tienen más la cabeza sobre los hombros, sobre todo la primera mujer de Jordan. La segunda, Naomi (Margot Robbie) es guapa hasta decir basta, pero se deja llevar más por los excesos y consiente más a Jordan, aunque también se parece más a él. Son destacables, porque en el mundo de locura que envuelve al Lobo de Wallstreet, ellas parecen ser las que mantienen la calma en ciertos puntos, aunque claro… al lado de personajes como el de DiCaprio o el de Jonah Hill (Donnie, el segundo al mando) pues cualquiera es más cuerdo y tranquilo.
Scorsese sigue en la misma perfección visual que en todas sus películas. Se nota que es un hombre que te enseña todo lo que debes ver y te lo envuelve en un halo de belleza para que si, todo lo demás falla, te quedes embobado mirando la fotografía. Por suerte, en sus películas no suele fallar lo demás. Y aunque la belleza fotográfica no es lo que destaca en esta película, si tiene planos muy bien conseguidos y que reflejan muy bien la personalidad del personaje principal o sus circunstancias.
La banda sonora está muy bien, pero si esperabais oír la canción del tráiler vais de culo, lo cual me parece fatal porque es una buena canción, aunque entiendo que en el contexto igual no pegaba mucho….pero nos pusieron la miel en los labios para nada! Si sale y no lo noté, me disculpo, pero muy disimulada tendría que estar o muy metida yo en la película.
El lobo de Wall Street es una película….muy larga. Son tres horas de película, de buena película pero que a mí se me hizo larga en algunos puntos y ligeramente repetitiva en algunos aspectos. La recomendaría por la actuación de DiCaprio una y mil veces, pero siempre a gente con tiempo libre y paciencia.
Mark Hanna: Para tener éxito en este negocio, primero que nada, debes mantenerte relajado. ¿Te masturbas?
Jordan Belfort: Su vagina era como heroína para mí.
Naomi: Mami está muy cansada y aburrida de usar ropa interior.
Jordan: ¿Sí?
Naomi: Sí. De hecho... de hecho, ella ha decidido tirarlas todas a la basura. Así que mira bien, papi, vas a ver mucho de esto por la casa.
Jordan: Sí, mami.
Naomi: Pero sin tocar.
Después de ver esta película tengo aún menos ganas de probar las drogas, y eso que ya no tenía ninguna.
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